El Gobierno ha confiado este viernes en que Cataluña y Aragón lleguen a un "consenso" sobre los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030, tras las "diferencias" entre ambas comunidades sobre quién debe liderar la candidatura, lo que ha llevado a anular la reunión prevista entre el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
La Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha pedido en declaraciones a los medios desde Barcelona "dejar trabajar a ambas comunidades, a ambos presidentes y las personas que están intentando impulsar el proyecto" y no introducir "elementos de distorsión". "Dejemos que se hagan esos trabajos y esa reunión seguro que se celebrará", ha dicho.
Lambán comunicó este jueves a Aragonès la decisión de aplazar la reunión entre ambos, prevista para este viernes en Balaguer (Lleida), por "cuestiones formales y de contenido". Sin embargo, el Govern ha considerado una "irresponsabilidad" la suspensión del encuentro, que atribuye a que el presidente de Aragón quiere centrar la reunión en los Juegos, mientras que el presidente de la Generalitat quiere abordar otros asuntos "derivados de la vecindad entre los territorios".
La polémica entre ambas comunidades sobre los Juegos Olímpicos de Invierno 2030 viene por las diferentes posturas sobre quién debe liderar la candidatura: mientras que el Gobierno aragonés, el Gobierno central y el Comité Olímpico Español (COE) defienden que tiene que estar liderada de forma conjunta por Aragón y Cataluña, la Generalitat pide que lo esté únicamente por Cataluña, abierta a "colaboraciones" con otros territorios para determinadas disciplinas.
La postura de Cataluña
La Generalitat sostiene que Cataluña debe liderar la candidatura porque, entre otras cosas, la iniciativa surgió de esta comunidad. De hecho, en 2010, fue el entonces alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, quien presentó la propuesta olímpica de invierno Barcelona-Pirineos.
Sobre esta propuesta, la Generalitat defiende el "gran potencial" de los Pirineos catalanes y la proyección internacional de la "marca Barcelona"; y se muestra abierta a que Aragón e incluso otros territorios colaboren, acogiendo algunas disciplinas deportivas, como ya ocurrió en los Juegos de Barcelona 92.
Eso sí, Aragonès aseguró el pasado miércoles en el Parlament que, "si el territorio no quiere, no habrá Juegos Olímpicos de Invierno", ya que la Generalitat impulsará una consulta en las comarcas catalanas en las que se celebrarían los JJOO (la veguería del Alt Pirineu y Aran) para que los ciudadanos puedan mostrar su aprobación o su rechazo al proyecto.
"Ningún territorio predomina sobre otro"
La posición de Cataluña choca frontalmente con la del COE y con la del Gobierno de Aragón. El pasado martes, el presidente del COE, Alejandro Blanco, dijo que la organización trabaja desde hace años en "una candidatura de país", en la que "no sólo están Cataluña y Aragón, sino también el Gobierno de España".
En este sentido, insistió en que los Pirineos "van a tener" Juegos Olímpicos de Invierno, para lo que pidió "unidad, diálogo y respeto a todos los que forman la candidatura", porque "ningún territorio predomina sobre otro".
Por su parte, Lambán subrayó que "España tiene la posibilidad real de organizar los Juegos de 2030, liderados por el COE y con participación de los gobiernos de Cataluña y Aragón" y, en este sentido, avisó a la Generalitat de que la candidatura debe ser "en pie de igualdad". A su juicio, Aragón tiene "mucho que aportar", como instalaciones, montaña, nieve y la "experiencia sólida" de las Universiadas de Invierno de Jaca o la candidatura con el nombre de este ciudad.
Barcelona verá "si tiene un papel o no" en los Juegos
Pese a los orígenes de la candidatura Barcelona-Pirineus y la postura de la Generalitat, la opinión de la alcaldesa de la capital catalana, Ada Colau, no es tan sólida respecto a la participación de la ciudad en los Juegos. De momento, ha pedido acordar "con discreción" la candidatura antes de decidir la implicación de la Ciudad Condal, pero ha reconocido que le genera dudas tanto personales como institucionales.
En ese sentido, la alcaldesa dijo el pasado martes que tiene "una gran duda" en términos de sostenibilidad, en plena emergencia climática. Además, su duda institucional recae en los planteamientos contradictorios que, según ella, se han expuesto, y en que desconoce el proyecto, quién lo está liderando y el papel que se le da a Barcelona.
Así, Colau pidió a la Generalitat, al Gobierno de Aragón y al Estado que "hablen discretamente, que lo pongan todo sobre la mesa, que lleguen a un acuerdo y que cuando haya acuerdo lo presenten", momento en el que, insistió, verán si Barcelona tiene un papel. Colau considera que hay muchas casuísticas e implicaciones diferentes, por lo que prefiere "no introducir ruido y ser prudente".
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